17 de noviembre de 2011

Persecución




Acabando lo insondable…

Así me percibí entre la maleza. Yo, la única de mis hermanas que sobrevivió la cacería agónica de aquellos caninos indeseables que desean devorarnos los cuerpos. Yo, corriendo eufórica por el desierto serpenteado de una soledad insoldable, porque ya lo había perdido todo, porque ya nada quedaba… Salvo seguir corriendo, tropezando, parándome en histeria. Acorralada de pecados que me persiguen tras la amarga realidad de mis efectos.

¿Cuándo cesarán de perseguirme los demonios, las aletas amargadas de las guerras? ¿Cuándo tendré la paz que desean mis pasos quebrados, en las hondas aguas de esta cóncava impureza?

Siento mi cabello pegado a mi nuca, sudor viejo de correrías almidonadas. Siento el frio sociópata de la angustia y el reír acongojado de injurias soñolientas que despellejan el alma. Y aunque ya no escucho sus pasos perseguirme, aún cuando ya no siento sus ojos en mi espalda, o sus dedos delgados rozándome la mejilla paralizada, sigo corriendo… Deseosa de llegar a alguna parte, de encontrarme un centro, una plaza, un lugar donde mi camino haga sentido y mi norte se aposente en las rutas curvilíneas de un algo corpóreo. Un sitio donde el mundo cobre vida, la angustia no me llegue, el comienzo siempre surja y el final se beba a sorbos como brindis prolongado de amaneceres eternos.

Y voy acabando lo insondable, rememorando el recuerdo de sus sonrisas perdidas y sus baños de luna abiertos. De la perdida inquebrantable de un atardecer donde no vea más sus cuerpos. Yo, la única de mis hermanas que sobrevivió la maleza abrumadora de los sueños. La que promulgo los besos erróneos de mil amantes pasajeros. Yo, la que trajo el lobo a la guarida y le enseñó como deshacer los hilos amorfos del veneno. La que jugó con fuego entre palabras y gimió la intolerancia de los cuerpos. Yo, la pecadora de sonámbulos sinceros que se pegaron de mi piel en un estallido intenso. Yo, la que corre entre la nada insondable del silencio en persecución sinfónica de te-quieros…

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