6 de febrero de 2008

Esperanza


Es como el viento
entre los dedos pequeños
que acarician sus mejillas rosadas
y arrastran el susurro efímero
de canciones de mar,
que tararea nervioso al andar.

Es como la arena escurrida
que se aferra a los dedos
como historia caída y fugaz
para disolverse espumosa en la sal.

Es como la luz opaca del cielo furtivo
al dormir arropado, escondido,
entre sus alas de cal
que extienden alegres sus colores espesos
contra el cordón delgado
de sueños perdidos
que se aferran a no despertar.

Es como aquel momento sudoroso, instantáneo,
en que con la mano en alto
y diciéndome adiós
susurraste tristemente al perderte
tu vengativo beso de amor.