11 de mayo de 2007

Senza paura del sacrilegio


Silencios profundizados

por aquello que no llega,

que se extravía en los murmullos

de millones de siluetas.


Ondas de dedos que gritan la paciencia

y el sentir arrebolado y sin apuros

del amargo cantar de la existencia

que corrupta de virtudes soñolientas

se quema en la sangre del poeta.


Piedras de crucifijos abstractos,

de religiones inexistentes en la tierra,

de un cielo y un infierno que manejan

tu vida al son de tus caderas.


Y mañana pedirás ya sin aliento,

con la lágrima del que no olvida nunca,

que se corrompa más allá de su tristeza

en el látigo calmado del sueño eterno

para olvidar las plumas caídas

por el clamor de tus alas sin vuelo

y la espera envenenada de su pecho.



Sacrilegio...

Sacrilegio de figuras...

y la "paura" latente del silencio.