17 de septiembre de 2006

Safo encadenada


¡No te lo pienses y ataca!
Sacudeme el precipicio
entre tus faldas
de mujer energética y alterada.
Re-mátame con mi daga abandonada.
Encadéname la libertad
mientras bajo en picada
la alta cumbre de los celos
donde me has abandonado fatigada
y revuelta como muerta sin calma.
¡No desesperes, ataca!
Hazme sentir la muerte
en un soplo de vida
con el golpe de tu arma.
¡Desgárrame las entrañas,
oh, niña de rubios cabellos!
Separame el coraje del alma
y dejame seca....
pero en calma.

15 de septiembre de 2006

Respuesta

Una compañera cuentera leyó los anteriores relatos y me refirió a unos de ella... Mi contestación fue tristemente la siguiente:

"Un sentimiento que muchos hemos vivido... Ese amor de años que vivimos a través del computador. Enamorados del amor a la distancia como quién ama lo imposible, lo abstracto, lo inalcanzable... Enamoradas como nunca lo estaríamos del que está aquí, del que me mira cada mañana y me susurra extasiado, del que me consuela y me anima, del que acá intenta llenar el vacío del que nunca estará.... Del hombre que se esfuerza, se compadece, se interesa, del que me llama simplemente para saber como estoy y recuerda mi cumpleaños cada año el día antes. El hombre perfecto que si he encontrado no he sabido ver porque la sombra del que no está opacará siempre su presencia... ¡Maldito destino de mierda que nos prohibe percibir lo que nos conviene saber del que se queda y nos resalta extasiado, malévolo, todo lo magnífico del que nos abandonará cada noche sin poder evitarlo!

Enamoradas del amor... y ¿para qué negarlo? Un tanto masoquistas al estarlo...
Pero sin poder evitarlo, como todo lo que sin que nos convenga deseamos intensamente, seguiremos enamoradas del amor a la distancia... Hoy y siempre, por que el amor... el amor siempre será amor, como dijo mi viejo lobo, sin importar el medio, la época o el momento...

El amor a la distancia tiene el sinsabor amargo de lo inalcanzable y por ello el deseo de mantenerlo vivo eternamente... Así que, cada noche, inmortalizaré su rostro en mis pestañas por no poder inmortalizarlo en mi cuepro.

Ciao. Sheila."

14 de septiembre de 2006

Luego de la inmortalización lagrimosa en mis pestañas


Te inmortalizé en mis pestañas...

... el silencio ahogo mis lágrimas....


y ya solo me queda el recuerdo de algún tiempo mejor
en el que tu beso encuentre mi beso
como maldición
de errantes palabras y gestos
desperdiciados a son de vals
en un mundo como el nuestro.

Yo te inmortalizé en mis pestañas....

¿Tu contestación?

CRUEL SILENCIO Y UN PASAJERO "YA HABLAREMOS MAÑANA"....

10 de septiembre de 2006

Aprieto tu mano




Aprieto tu dedo y caminamos.
Tres años de palabras fugaces,
momentos furtivos,
y besos vacíos
no encuentran espacio
en el vaivén de dos fugados.
Aprieto tu dedo en mis pequeñas manos
y ya no siento el tiempo.
Veinti-tantos años
de rondar las calles de mi isla
no me han enseñado
sino sonrisas torcidas
por la memoria ajena
y algún revolcón regalado.
Soñar lo imposible
de aquel amor callado
y esperar...
Espera eterna de verdades.
¿Por qué será que el ser "Mejor"
nunca es suficiente?
¡Hombres!
No les interesa sino lo más fácil.
La rubia de cuerpo ensorullado
que se cree astronauta
y no sabe calcular un carajo.
La mujer egoísta y superficial
que resplandece ante el mal ajeno
y no cede hasta haber ganado.
La que busca perpetuamente separarnos...
¿Lo ha logrado?
Por temporadas pareciera soñado
el olvidar el simple gesto
de tomarnos de la mano.
El reconciliarnos
con un beso en la nuca
con sabor a cerveza y cigarro.
Pero recordaré siempre el ancho de tus brazos
alrededor de mi pecho,
el silencio de tu beso
en mi mejilla,
el roce de tus piernas
contra mis nalgas,
y aquel cigarrillo compartido
entre piropos olvidados
cortesía del chichaíto
que bebimos por no tocarnos
y que nos unió ante sus ojos,
los de aquella,
como dos amores, dos amantes,
dos amigos, dos hermanos,
dos locos de corazón enajenado.
Sin embargo, el único recuerdo
que deseo conservar embotellado
es: yo sentada en tus piernas
con mi mano en tu mano
y el susurro de un "Te amo"
haciendo cosquillas en mi oído...
Hoy solitario.

Inmortalizarte en mis pestañas


Anoche te inmortalizé en mi memoria.
Grabé tu rostro en mis pupilas
y tus gestos en mis manos.
Arrugé el rumor de tu voz en mis bocinas
y te dediqué la distancia
de una canción maltratada,
herida y solitaria.
Anoche inmortalizé la distancia
que separa tu cuerpo y el mío...
La añorable distancia de mares,
preparada para ahogarnos el destino.
Tú y yo... ¿existimos
o simplemente recordamos
existir entre semana?
Entre amores de pantalla
suplicados, jurados,
a son de eternidad.
Sin vernos las caras...
Dos locos enamorados
del amor a la distancia.
Con votos de fábula,
santidad y ceremonia elaborada.
Pero, ¿cómo evitarlo
si el sonido de tu voz
colado como pecado por mis bocinas
me rasga entrecortadamente el alma?
La risa malévola del destino
hace eco en mi garganta
al susurrar tu nombre,
al observar tus ragos marcados,
tu sonrisa pícara...
¡Que imaginación vivaz y desbocada
la que en las noches nos permite
el roce de besos extasiado!
¡Tantos años de amor enmascarado!
Somos pesadillas de júbilo
y espantos lagrimados.
Deseo abrirte el alma
al nível de mis manos
para confiarte,
mi más tierno anhelo
y mi recuerdo más pesado.
Pero me conformo...
momentáneamente esperando.
Sentiré cada noche
tus manos, tus brazos abrazarme,
y entre beso y beso susurrarme
locamente extasiado.
Hundir la cabeza a mi lado
y madrugarte en mis abrazos
para abandonarme cada mañana
y dejarme lloviendo con un olor fuerte
a azufre quemado
en mis pestañas
que entre gota y gota
se traga una nostalgia.

¡Dedicado a mi Manchego, donde quiera que estés!