15 de septiembre de 2006

Respuesta

Una compañera cuentera leyó los anteriores relatos y me refirió a unos de ella... Mi contestación fue tristemente la siguiente:

"Un sentimiento que muchos hemos vivido... Ese amor de años que vivimos a través del computador. Enamorados del amor a la distancia como quién ama lo imposible, lo abstracto, lo inalcanzable... Enamoradas como nunca lo estaríamos del que está aquí, del que me mira cada mañana y me susurra extasiado, del que me consuela y me anima, del que acá intenta llenar el vacío del que nunca estará.... Del hombre que se esfuerza, se compadece, se interesa, del que me llama simplemente para saber como estoy y recuerda mi cumpleaños cada año el día antes. El hombre perfecto que si he encontrado no he sabido ver porque la sombra del que no está opacará siempre su presencia... ¡Maldito destino de mierda que nos prohibe percibir lo que nos conviene saber del que se queda y nos resalta extasiado, malévolo, todo lo magnífico del que nos abandonará cada noche sin poder evitarlo!

Enamoradas del amor... y ¿para qué negarlo? Un tanto masoquistas al estarlo...
Pero sin poder evitarlo, como todo lo que sin que nos convenga deseamos intensamente, seguiremos enamoradas del amor a la distancia... Hoy y siempre, por que el amor... el amor siempre será amor, como dijo mi viejo lobo, sin importar el medio, la época o el momento...

El amor a la distancia tiene el sinsabor amargo de lo inalcanzable y por ello el deseo de mantenerlo vivo eternamente... Así que, cada noche, inmortalizaré su rostro en mis pestañas por no poder inmortalizarlo en mi cuepro.

Ciao. Sheila."

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